Quiero sentir los vértices de la palabra libertad
pinchándome en la piel.
Quiero un poco más de locura en este mundo poco cuerdo.
Porque los únicos cuerdos son los que nos impiden soñar.
Quiero a gente saliendo de sus casas,
luchando hasta que tropiecen con la sinvergüencería
de aquél que pretende hundirnos
mientras alardea del Estado, su unión y su progreso.
Quiero que democracia y justicia sean más que palabras.
Porque las palabras se las lleva el viento,
y los actos son los que marcan la historia.
Quiero ser autora de mi vida,
y no de lo que podría haber sido
si hubiese hecho lo que quiero y lo que siento.