lunes, 23 de noviembre de 2015

Matrioskas


Somos
Turbulentos pensamientos
alejados de la realidad ajena,
distorsión de mentes inertes.
Violines hechos cuerpo,
cuerpo sin cuerdas.

Matrioskas: locos dentro
de lobos dentro de locos
siguiendo los credos
de una sociedad que mezcló
anfetas con miedo.

Tenemos
Alas rotas por decir te quiero
en tiempos verbales a los
que no alcanzamos con el corazón.

Pieles desgarradas,
quimeras que no salen del folio,
quimeras que no entran en el folio.

Calles inundadas de sangre valiente,
de mujeres que no perecen,
de incansable lucha.
Las armas: nuestras vidas.
Nuestras balas: los otros.

Por favor
No nos apuntemos
si no vamos a dispararnos.
No dejaremos de ser lo
que no somos: los unos.



martes, 29 de septiembre de 2015

Soy.

La sonrisa que late dentro de
un pecho triste.
La sala de espera a todas
tus verdades.
La soledad de las minas
en un campo olvidado.
La demencia de una mente
que no sabe lo que quiere.

La presa que huye del
cazador, al que llaman Tiempo.
La costra que dejan los besos
cuando te arrancan el corazón.
La ventana del tren por la
que ya nadie observa.
La tormenta a la que no
le viene la calma.

Unos brazos a los que se les
escurre la vida.
Una espalda que no puede
con tanta muerte.
Un invierno que viene a verme
de lunes a viernes.

Los nervios en un estómago
dando el último adiós a las
mariposas muertas.
Las miradas de complicidad
con el suelo.
Las calles que no conoceré
con cincuenta años.

Fui
la resta de todo lo que perdí.
Seré
la suma de nada que pueda hacerme sufrir.




miércoles, 3 de junio de 2015

Todo es lo que no parece.

    Me enamoré del rincón de pensar en la muerte hace ya mucho. Antes que Alejandra, antes que el vértigo y las nauseas. Durante las pesadillas: pequeñas e insufribles torturas que te dejan el alma como camisa de fuerza.
Las rejas son los dientes sangrados de aquel que más quieres, moribundo y sonriente. Y desde ahí todo ha sido un avión que acaba de despegar con una ala rota y un motor que no late. Todos saben que me voy a estrellar antes de tocar el cielo, pero tú estás dentro. Tan dentro que no me importará ascender un poco más y morir en el intento de llegar hasta el infierno.
    Y mientras todos observan el espectáculo, mis lágrimas dicen que basta. Que ya basta de sentir que los demás están por encima de mí. Todos, al fin y al cabo, moriremos antes del momento en el que vayamos a morir. Yo estoy esperando impaciente a la risa que me viene siempre que digo siempre, sabiendo que no hay nada eterno. Que todo es cuestión de esperar a que pase el tiempo es la mentira más fea que he dejado entrar en mi cama, prefiero eso de darle cera al fuego y dejar que prenda hasta perder su forma y mi semejanza. El reflejo es el mejor enemigo del hombre; yo me rompo en los espejos de quien sueña alto.

    Si tú me dices ven, yo entierro mis pies en lodo y aquí no ha pasado nadie, salvo mis monstruos.




domingo, 19 de abril de 2015

Rutina.

Recoge su pelo con una coleta
donde guarda toda su tristeza de estar por casa.
Camina con el recuerdo colgado de la blusa
desabrochada por su tormenta.
Lima las flores para que crezcan menos muertas
que las personas con las que no cruza su mirada.
Riega su cerebro con literatura
y defeca todas las fórmulas que le enseñan:
ninguna la puede aplicar a su vida.

Sus dedos huecos suspiran
que nadie venga a la hora de correrse,
que los ojos le vuelan si abre la boca.
Que la boca le huele a espinas,
y de tanto contradecirse van
a salir raíces de sus mentiras.

Ojalá nadie le vende las manos,
ni le pinte alas, ni le saque de su realidad.
Es demasiado suya como para ser de nadie.
Es demasiado nadie como para ser suya.





viernes, 20 de marzo de 2015

Arte y respirar son sinónimos.

Más vale cerveza en mano que cientos de versos volando.
O era al revés,... no lo recuerdo bien.
Yo sólo sé que no necesito nada que no sea arte,
que no me importa la vida siempre que haya poesía,
porque lo de ser poeta es un papel que nos queda grande.
Porque una canción podría salvarnos de la extinción.
Que somos humanos, pero depende.
Si te vendes por aplausos,
por un público,
te quiero, pero bien lejos.
Que menuda ofensa ésa,
donde dices ser algo que no eres.

Mira, déjalo, un cuadro
no es sólo un cuadro,
es un sentimiento que jamás te diría mirándote a los ojos.
El mismo que me produce cuando hablo del tacto,
del roce de dos corazas que se oxidaron.
Y eso, joder, eso es arte.
El arte de amar lo que haces porque lo sientes,
porque lo vives,
porque al fin y al cabo, yo no sería nada sin él.
Porque el mundo tampoco sería, y yo lo sé.
Y lo sabemos porque como humanos que somos,
no sólo follamos.
También plasmamos aquello que nos vacía
para llenarnos.
Y me quiero más cuando le tengo. A él.

Porque sé que de lo único que voy a estar enamorada
toda mi vida, es del arte.
Y me da igual si te vas, porque será otra excusa más
para darte la patada e irle a buscar,
que será el único que se quede más allá del día de mi muerte.
Y sinceramente, no es algo que me preocupe.
O sí, tal vez yerre y me desdiga de lo dicho,
pero no serás tú quien me muestre que la realidad
es mejor que la ficción.
Porque el planeta está lleno de actores y actrices
que dicen tener una vida de película
y sólo fingen para que alguien les muestre qué es el amor.

Amor es lo que hacemos por el arte,
por amor de odiarte,
por ser capaz de no largarme,
cuando las piernas flaquean
y en el congelador sólo queda pan.

Y en el salón estoy yo desnuda
intentando hacerme a mí,
recomponiéndome de todo lo que un día fui.
De algo que jamás seré,
y que posiblemente no será arte.
Pero yo me quedo,
y él me queda bien cuando lo llevo a todas partes
en una talla M que me aprieta el alma.
Donde no bailo sola,
pero todos nos sentimos solos.
Y mira, no me importa si escuece
porque luego sucede.
Sucede que enseñas lo que haces
y alguien lo siente,
lo siente como si lo hubiese sacado él mismo de su vientre.

Y por eso y mucho más
te necesito, Arte.


(Obra de Roberto López)




miércoles, 18 de febrero de 2015

Venda de seda.

Murciélagos cubiertos
con el cuero de tus párpados.
Ellos, envidiando a los caballos
que habitan en mi pecho
por llevar vestidos con vuelo
cosidos con la seda que extrajeron
de los gusanos de tu estómago;
éstos, pegados a tus lunares,
como si de parejas de bailarines
se tratase.

Porque nosotros no supimos
cosernos las alas al fracaso,
pero caímos del precipicio
cogidos de la mano
y nos bebimos el océano de un trago;
dejando el aroma de nuestros labios
en todas las costras que el mar
no se supo curar.

Así que si preguntan por nosotros,
no hablaremos de los perros y los peros
que quisieron extinguirnos,
callaremos como sabios
que no tienen ni puta idea del amor
pero saben que se amaron como locos
el uno sin el otro.



lunes, 5 de enero de 2015

Semilla del 96.

   Hice señales de zumo con lo que quedaba de mi media naranja tras haberla estampado contra la pared. Corté por lo sano y me salió un gusano de la razón. Como fruta que acaba de salir de estado cítrico puedo afirmar que no hay nada mejor que que te coman de una pieza, para que no te desjugues de camino a cualquier boca. Y que si existe alguien que me ha querido más que nadie, con pepitas en mi interior incluidas, esa soy yo.

   El amor de mi vida son mis miedos, mis 'no puedo', mis 'estoy bien', mis 'déjame en el suelo, que quiero ver el cielo', cada uno de mis defectos, pero sobretodo mis complejos. Y por ese corazón puedo decir que también he sido la que más me he odiado.

   Así que probablemente me deje las encías por ser una fruta incapaz de cambiar de ambiente sin helarse, pero no me cambiaría por cualquiera que permita quemarse sabiendo que es inflamable. Aunque daría cualquier cosa por no tener un alter ego con complejo de granada. Y por ser yo siempre, y no sólo cuando estoy conmigo, a solas.